El objetivo de las urnas biodegradables es reintegrar las cenizas del ser querido en la naturaleza. Así, se pone a disposición de las familias diferentes alternativas sostenibles elaboradas siempre con materiales biodegradables, como puede ser arena, tierra, huesos de aceituna, sal o bioplásticos para poder depositar las urnas en el mar, río, tierra u otro entorno natural, así como plantar incluso un árbol.

Estudios realizados por la consultoras independiente, en las que han analizado la huella ecológica del proceso de producción de este tipo de urnas. El resultado fue que cada urna biodegradable se encuentra de media en  0,30 kg de CO2 equivalente, un valor significativamente inferior a cualquier otra opción no biodegradable compostable.

Por ejemplo, una urna de plástico puede generar 5,02 kg de CO2 equivalente, casi un 300% más.  Esto sin contar que, a diferencia del plástico, las urnas biodegradables no dejan ningún residuo final tras su disolución.

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